A raíz de mi lectura de La biblioteca de los libros rechazados he descubierto la librería que inspiró toda esta historia francesa, The Brautigan Library.
La librería en cuestión está en Canadá y se dedica exactamente a recopilar todos aquellos ejemplares rechazados por las editoriales que sus autores les envían o llevan.
Según se plantea en la novela es una especie de peregrinaje catártico que ayuda a muchos escritores a despertarse y a saber si realmente es esa su vocación.
A mí personalmente me parece una mina de oro y un lugar de lo más curioso para pasar horas y horas rebuscando entre sus miles de páginas.
Qué gracioso y, tal como dices, curioso. Igual rebuscando encontramos algo maravilloso que se les pasó a los editores.
ResponderEliminarAhí debe haber morralla para aburrir...
ResponderEliminarMe encantaría leer a ver qué hay perdido
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