LA ÚNICA VERDAD...

 

La única verdad esq comienzo esta carta sin el convencimiento habitual de que la termine, ni de como la terminaré, ni de si alguna vez llegará a tus manos.

 

 

Mientras exploras ávidamente con los ojos nerviosos estas líneas carentes de sentido, yo escribo sin saber cual es mi destinatario, quien es el que sonríe mientras escucha mi eco. Pues parece que te ha tocado a ti y yo sin saberlo.

 

 

No es ningún sentimiento el que mueve mi pluma, ni tampoco ninguna motivación especial, es sólo el mero hecho de escribir y liberarme escribiendo.

 

 

Esta personalidad semiobjetiva de escritor inspirado y anarquista, de escritor que no tiene argumentos, ni tema, ni estructura es la que me pertenece. Me pertenece por naturaleza, al igual que me perteneces la vaguedad y la indefinición de la propia naturaleza personal. Y no se trata de una idea extraña, sino de una idea inexpresable....una idea, en fin, que carece de contenido, pero también de forma y no por ello es una idea vacía sino todo lo contrario: en ella fluyen y se amontonan cantidades ingentes e innumerables del subconsciente salvaje, que me traicionan y me condenan mientras escribo cada palabra que lees ¿Cómo se caracteriza esta idea, es acaso ambigüedad, demagogia?No...nada de eso, esa idea extraña, repelente, ajena e incluso paranormal es la base de mi inspiración. Si, eso es, se trata de la inspiración adquirida; que no queda definida la causa de este texto ciego y exento de solidez.Podría ser mediocridad, falta de ideas o de medios para expresarlas.

 

 

 Pero mientras, me consuelo con saber que me lees por lo que crees que soy y por lo que soy.

 

 

En este mundo ajetreado y carcelero que hoy apresa con su segundero hay aun quien vive 25 horas al día y puede permitirse escribir para que nadie sino él mismo le entienda. Pero en su recuerdo quedarán, estas líneas como la objetivación de un subjetivo esquizofrénico y alienante que no sabe como será la próxima caarta, ni si la habrá, ni si llegaráa tus manos, ni si llegará a tu corazón